jueves, 25 de septiembre de 2014

INFORME HISTORICO TERRITORIAL COMUNIDAD COÑOMIL EPULEO LOF COLLICO


INFORME HISTORICO TERRITORIAL COMUNIDAD COÑOMIL EPULEO LOF COLLICO
MARTIN CORREA CABRERA, SEPTIEMBRE DE 2014
A poca distancia de la actual ciudad de Ercilla, en el espacio territorial circundado por los cerros Collico, Coipue, Lonkotraro, Currimahuida y el Cordón de Quechereguas, se encuentra el antiguo lof del que fue autoridad máxima Epuleo Coñomil, acerca de quien la literatura se refiere del modo siguiente:
“La familia Epulef pertenecía al tronco de los Pailaweke. El viejo Pailaweke tuvo un hijo llamado Epulef. Vivía éste con tres mujeres y dejó muchos descendientes. Su hijo Martín Konoemil Epulef o Epuleo vivió igualmente con tres mujeres y se distinguió como bravo compañero de Kilapán. Le quedaron 770 hectáreas en Collico, en la comuna de Ercilla".[1]
La importancia de Coñomil Epuleo tiene un lugar fundamental en la memoria histórica de las comunidades del sector, de los descendientes de su antigua jurisdicción y aún de las familias que hoy son vecinas de su descendencia directa, de la comunidad de Collico. Nos referimos, por ejemplo, a los comuneros mapuche de Huañaco Millao, quienes relatan lo que  sigue:
“Coñomil Epuleo que el lonko más grande que había, eso se sabía, por eso Collico fue fuerte, Collico tiene mucha historia. En ese sector había una fortaleza, llegando a ese terreno ellos tomaban fuerza para poder pelear, para poder luchar, por eso cuando pasaban por Lircay hubo una mortandad de españoles, porque no llegaban y pasaban no más, en Salto Lircay no podían pasar los españoles, de Curaco se pasaba a Salto Lircay, de Collipulli viniendo para acá, esa era la bajada principal. Por eso dejaron de pasar por ahí. Por ejemplo de ahí eran los Calfucoy, y los Calfucoy eran guerreros, todavía esas personas no son tan dóciles, esas personas tienen sus arrancadas, la sangre todavía le queda. Eso lo alcanzamos a conversar con los abuelos, los abuelos nos enseñaban a nosotros.[2]
Ahora bien, no estamos hablando de cualquier Lof, la referencia es a un espacio territorial fundamental en las estrategias de resistencia mapuche contra los españoles, en un primer momento, y contra el ejército chileno, luego. Reconocidos aliados de Kilapan y sus cerros refugio y guarida de los rebeldes:
“Los cerros de Pidenco i Collico servían de guarida a todos los bandidos asilados en las tierras de los indios i a muchos caciques arribanos, cuando algún cuerpo del ejército los perseguía. A fin de acorralarlos en este último reducto, partió en seguida a esos lugares una fuerza de 300 hombres bajo las órdenes del sargento mayor don Francisco Barceló, quien los barrió, sin obstáculos, de naturales i malhechores. A las serranías de Quechereguas, también escondrijo de los indios perseguidos, marchó en mayo una división que mandaba el coronel don José Timoteo González. Explorados los parajes en que permanecían ocultos grupos de bárbaros, que dispersaron, dio la vuelta a sus cuarteles”.[3]
Por otro lado, no sólo era refugio wenteche sino también un importante lugar de encuentro de los guerreros mapuche y sus autoridades, quienes
“…veían con profundo malestar el avance de la línea del Malleco. Aumentábase este disgusto con las patrañas de despojo que los caciques vendedores de terrenos para los fuertes les inventaban, para sincerarse ante ellos i no exponerse a sus iras. En marzo de 1868, celebraron una junta en Quechereguas, a poca distancia al sur del actual pueblo de Ercilla, para acordar el plan que debían seguir en vista de la invasión de sus tierras.”[4]
En todo lo anterior un lugar fundamental ocupan los ríos y las grandes alturas, y de ello existen testimonios hasta nuestros días:
“…los españoles cruzaban el río Malleco, la ribera del río Malleco, y llegaban al río Huequen, donde está el Vado Lirkay, donde hubieron grandes combates entre mapuches y españoles. Está entonces el Collico, Lonkotraro, el Currimahuida y Truwilmahuida… esos eran los importantes, y el Cerro Chiguaihue. Esos son los cerros resaltantes que tenía el pueblo mapuche para comunicarse entre ellos y así defender el territorio. Se comunicaban a través del kull kull, y a través de cualquier medio, habían diferentes estrategias, las medidas de seguridad las planteaban los lonkos.”
Es necesario detenerse en varios elementos que le dan una especificidad propia a este territorio. El primero de ellos tiene que ver con la importancia de los cerros nombrados, los cuales fueron y son reconocidos como una posición estratégica fundamental del pueblo mapuche para comunicarse entre ellos y así defender el territorio. Los hechos que se sucedieron al ingresar el Ejército de la Araucanía quedaron plasmados en la memoria comunitaria mapuche, en la tradición oral, y con ellos la persecución, en un primer momento, y la usurpación territorial, luego:
Según lo que cuentan los antiguos viejos, los abuelos, mi abuelo se llamaba Juan de la Cruz Rucal y conversaba que su abuelo le conversó que cuando a ellos lo atrincaban para acá, por todos lados, ellos se arrancaban por los cerros, por las montañas, porque antes era pura montaña acá, dejaban todo, por eso que hay mucho entierro por aquí, en Campo Grande hay entierro, por Quilaco hay un gran entierro, porque los viejos arrancaban y dejaban sus cosas mientras venía el Ejército. Dicen que en Collico estaban metiéndose [los militares], habían pasado el Malleco para acá, y los viejos se escondían adentro del barro, sus 12 días escondidos adentro del barro, se escondían mientras destruían las casas, mientras se las quemaban. Así fueron arrinconados hasta que quedaron como quedaron”[5].
Otro elemento de análisis, y cuyos efectos se mantienen hasta nuestros días, se relaciona con que una vez que el Ejército de la Araucanía ocupa el antiguo Lof de Epuleo Coñomil acudimos a dos procesos paralelos. Por un lado, las familias mapuche son radicadas/reducidas a través de Títulos de Merced, y así no sólo dejan de tener como máxima autoridad a Epuleo Coñomil sino también los diversos linajes y familias dejan de colindar entre sí y sólo les es reconocido en dominio la ‘puebla’, la ruka, lo cercado, las huertas familiares, despojándoseles del gran territorio comunitario, de los bosques, los montes, los lugares de pastoreo, todo lo que fue declarado baldío, sobrante, fiscal, y en esa calidad rematado a los particulares.
He ahí el otro proceso, luego de la hijuelación llegan al sector un número importante de familias de colonos, familias que reciben del Estado chileno los espacios usurpados a las familias mapuche, que se insertan entre las familias mapuche constituyendo este proceso el origen de los fundos actuales, el origen de los conflictos actuales.
Carta de Colonización de Bologna (1916)


Así, en el antiguo lof de Epuleo Coñomil se da forma a las comunidades de Chamichaco (Cañuta Calvuqueo), Collico (Epuleo Coñomil), Huequen (Ankapi Ñancucheo), Temukuikui (Ignacio Queipul y Millanao), de Huañaco Millao, de Pancho Curamil, y cercanos a ellos los descendientes de Santiago Segundo y Manuel Leon Catrimil, las familias de Tricauco. Por otro lado, aparecen los Stike, los Borgeaud, los Baier, los Paterson, los Muller, los Seitz, los Felley, los Ellicker, los Kholer, los Urban, los Patterson.
Detalle Carta de Colonización de Bologna (1916), en la que aparecen las hijuelas
adjudicadas a colonos y mapuche en el antiguo Lof de Epuleo Coñomil.


Los conflictos territoriales actuales no se explican si no es en vinculación con el proceso de despojo original, con el proceso de radicación, de hijuelación, con los juicios de la década de 1930, con el proceso de reforma agraria; se repiten los apellidos mapuche, se repiten los de los colonos, son las mismas familias y su descendencia en un conflicto que se arrastra ya casi 100 años.
Un elemento común a las familias mapuche del sector, y que de alguna manera avala el que haya sido una reconocida autoridad del área, es que en todos y cada uno de los Títulos de Merced entregados por la Comisión Radicadora aparece como testigo el Cacique Epuleo Coñomil.  Lo anterior también explica el que todos los Títulos de Merced del área fueron adjudicados en el año 1884, lo que habla por sí solo del interés de sanear rápidamente la propiedad particular en un área históricamente conflictiva para los intereses del Estado chileno.

Situación actual del antiguo Lof de Epuleo Coñomil, con los Títulos de Merced y los fundos particulares
LA DESCENDENCIA DE COÑOMIL EPULEO Y LAS TIERRAS DE COLLICO
En el contexto descrito, el cacique Coñomil Epuleo y 60 personas más de su familia fueron radicadas en virtud del Título de Merced Nº2, de 1884, en el lugar "Sur del río Huequén", hijuelas Nº1, 8 y 12, por una superficie de 770 hectáreas, bajo los deslindes siguientes:
"Al norte el río Huequén desde su junta con el estero Temucuicui hasta el vado Lircai; al oriente una línea recta que parte del vado Lircai hasta el primer morro del cordón de Collico en una longitud aproximada de 1.400 metros, y siguiendo este cordón sur hasta enfrentar el estero Collico; al sur el estero Collico hasta su confluencia con el estero Temucuicui; y al poniente, el estero Temucuicui desde su confluencia con el estero Collico hasta su entrada al río Huequén".




Sin embargo, el espacio territorial sólo de las familias de Collico era notablemente superior a lo reconocido en dominio.
El Lonko de la comunidad, don Carlos Coñomil, expone de memoria el conocimiento que recibió de su padre, los antiguos deslindes:
"Mi padre, Segundo Coñomil, murió de 105 años, me conversaba mucho del plano antiguo y me indicaba dónde le correspondía. Teníamos 1.700 hectáreas y nos entregaron en 1884 sólo 700 hectáreas. Mi padre mostraba los deslindes como eran: el sur con el estero Butaco, llegamos a un puente que se llama Pozón, de ahí río Huequén por el norte, colindamos arriba con Cañuta Calvuqueo hacia la cordillera, y para el otro lado con Ignacio Queipul, Temucuicui".[6]
Las tierras faltantes a la comunidad están ubicadas al oriente de ella,
“quedamos hasta el cerro Collico. Pero las tierras antiguas iban más allá, más allá del Cerro Collico, hasta tocar con Cañuta Calvuqueo”[7], precisamente las tierras que hoy se encuentran en manos de particulares y que separan a la comunidad de las tierras de Cañuta Calvuqueo.

En este contexto, la presencia del cerro Collico es fundamental para la descendencia de Epuleo Coñomil:
“…es muy importante, es muy milagroso. Yo escuché de mi mamá y de mi papá que en esos años hubo un diluvio, años atrás, uhhh, un diluvio muy alto, entonces mataron 12 corderos de cuero negro, trajeron muday, y con eso todos agarraron manta con cuero de cordero negro. Ahí se bajó el mar, se tranquilizó, y quedó el cerro nombrado Collico, ahí bajó el mar, la tierra estuvo inutilizada, yo no lo vi, lo contó mi papá. ¿Cuántos años para atrás sería eso?, no lo sé, lo contaban ellos, pero ese recuerdo a mi me quedó, ahí quedó nombrado el Cerro Collico”, relata el Lonko don Carlos Coñomil.

El hecho siguiente a la reducción territorial es que los Títulos de Merced, la ‘tierra chica’, las ‘reducciones’, son rodeadas por colonos, a quienes el Estado chileno les adjudicó las tierras sustraídas de los dominios mapuche, la ‘linea antigua’, y a partir de la década de 1930 se desarrollan una serie de juicios con los particulares.
El respetado Lonko del Lof Coñomil Epuleo, habla con las palabras que recibió de sus mayores:
“Yo escuché de los antiguos que esas tierras que faltan la tomó Baier, y puso un estacón grande ahí, un roble, que ahora último cayó, ese fue el primero que hubo para acá y dentro de eso estaba Coñomil Epuleo. Un día le prendieron fuego a ese roble, a ese menso roble, se veía de Victoria para allá, un árbol maravilloso, y se quemó, el fuego bajó y bajó hasta que cayó el palo.
Así, con ese cerro de dolor, no pudimos pasar más allá, Baier compró allí, Cáceres compró allí, Ferreira compró aquí, y nos fueron quitando toda esta parte y ya no llegamos adonde Cañuta Calvuqueo. Ese roble estaba en Butaco, más allá de Collico. Ese Alfredo Baier le dijo al cacique Mellado ‘dame 20 metros para acá y yo cierro entero para allá, alambro todo’, y entonces le dio los 20 metros para acá y ese árbol quedó dentro de los 20 metros y de ahí salió esa línea que va bajando y bajando para acá hasta llegar al salto de Lircay. Lo que se tomó se lo tomo para el norte, para Lircay. Ese roble era como un ‘resorte’, ahí estaba el respeto.”[8]
        
        



 "Las últimas familias y costumbres araucanas", Tomás Guevara, Imprenta Barcelona, Santiago, 1913, página 60.
[2] Entrevista realizada a Juan Curinao, José Purrán, Heraldo Curinao, Camila Curinao, Comunidad de “Huañaco Millao”, Ercilla, 7 de Julio de 2007.
[3] Tomás Guevara, “Las ultimas familias y costumbras Araucanas”, (1902:72)
[4] Guevara (1902:56)
[5] Entrevista realizada a Juan Curinao, José Purrán, Heraldo Curinao, Camila Curinao, Comunidad de “Huañaco Millao”, Ercilla, 7 de Julio de 2007.
[6]  Ercilla, 23 de septiembre de 1993.
[7] Carlos Coñomil, Collico, 8 de julio de 2007
[8] Carlos Coñomil, Collico, 8 de julio de 2007

Equipo de comunicación comunidad Coñomil Epuleo

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Recuperación Territorial !!

Recuperación Territorial !!

Magel kom pu lof newentukelu ta wuallmapu muleay palin wechan

Magel kom pu lof newentukelu ta wuallmapu muleay palin wechan

Marcha por la resistencia Mapuche

Marcha por la resistencia Mapuche